Lanark. Una vida en cuatro libros

Lanark (1981) lleva el subtítulo Una vida en cuatro libros (Libro III, Libro I, Libro II y Libro IV, por este orden, más un Prólogo anterior al Libro III, un Epílogo anterior a los últimos cuatro capítulos, y un Apéndice), y así podría considerarse -entre otras cosas, porque el autor así lo quiso-, pero puestos a subtitular, también sería pertinente Dos vidas en cuatro libros, o Una vida que parecen dos en cuatro libros. El libro se abre con un desconocido y amnésico individuo, que ha olvidado incluso su nombre, que aparece en una ciudad llamada Unthank -una versión fantástica de Glasgow, en la que no se hace nunca de día- y empieza a relacionarse con un grupo de jóvenes estrafalarios. Tras ese comienzo, los protagonistas, unos personajes esbozados someramente cuyas intenciones y reacciones se salen de lo común, son sometidos a situaciones surrealistas en un medio onírico. Lanark, el protagonista, que ha tomado el nombre de una ciudad de la que posee un vago recuerdo, se mueve en ese ambiente como un autómata, como un ser sin discernimiento ni voluntad que actúa según un patrón aleatorio y que se deja llevar por unos acontecimientos inexplicables, injustificados e irracionales. La sorpresa puede ser mayúscula para el lector desprevenido que, llevado por la recomendación o por la pura intuición y desconociendo la obra de Gray, empieza a leer Lanark creyendo que se trata de una novela convencional y, transcurridas las cien páginas de cortesía, es incapaz de clasificar el texto que tiene enfrente: ¿una autobiografía alucinada? ¿Ciencia-ficción? ¿Un diabólico puzzle literario? La forma narrativa puede recordar al Beckett primerizo, en general, y a Belacqua en Dublín en particular, y el eco de Kafka es indudable, pero las libertades que se permite el autor, los constantes y desconcertantes cambios de narrador, por ejemplo, pueden dejar perplejo al lector.

Autor: GRAY, ALASDAIR

Precio: $89,000