Oráculos de Jezabel

En la palabra acusadora de los dueños, todas alguna vez hemos sido Jezabel. Pero este libro de oráculos es un camino de retorno a la gruta del Edén. Unos son textos escritos por una mujer que fue despojada e injuriada. Son oráculos frágiles, acortados, jirones desgastados por la inclemencia del tiempo y del tirano, su fuerza y extraordinaria mirada de la vida los han hecho sobrevivir y los han conservado. Los otros los completan, a través de la mirada de Londoño, como se completa el ala rota de una mariposa, con devoción y ternura. En estos oráculos comprendemos a una Jezabel sobreviviente y errante, de aquí a Tiatira, del mercado al puerto, de la ventana al mar, del lupanar al templo, del alba al vientre. Leerlos advierte, al menos, una noche de insomnio y un reguero de lágrimas. No se puede estar ante un texto de tal belleza sin querer sacarse los ojos y lanzarlos al papel para que floten. Gabriela Miranda Oráculos de Jezabel estaba en el corazón de su autor desde mucho antes de ser escrito. Y, como en caminos paralelos, mientras el poeta se levantaba cada día a su labor, Jezabel fue configurando su rostro, su voz, la gruta que habitaría cuando llegara el despojo. El profeta de Patmos no pudo salvarla, porque ella era una y todas: “la extraña”, “la pitonisa”, “la que no le pertenecía a ningún dios”, solo a sí misma y a su risa. Dicen que de Jezabel solo quedaron sus pies y sus manos; con los pies desanduvo la ruta de las aguas y con sus manos transcribió las visiones que más tarde serían estos oráculos.

Autor: Juan Esteban Londoño

Precio: $35,000